- Y no puede haber otro golpe más grande que este, porque mi querido amigo y compañero "blogguero" Ernesto nos deja aturdidos, helados, sin la belleza de sus elevadas imágenes, de su comprensión cultural, de sus sacudidas musicales, de su compromiso con la justicia humana.
- Qué tristeza, cuánta pena perder a mi admirado Ernesto, apenas me salen las palabras en esta noche triste, desolada oscuridad sin él.
- Sus comentarios siempre elegantes, nobles, dignos forman parte de un espacio de tiempo compartido mediante nuestras páginas, y le debo mucho.
- Sirva esta elegía para calmar la pena y no para acallarla, eso es imposible.
- El blog de Ernesto: TESTIGO, seguirá abierto por gentileza de su familia, gracias a ellos, a los que envío mi profunda condolencia.
- Quisiera dedicarle este hermoso poema de César Vallejo a mi querido e inolvidable Ernesto "in memoriam".
- Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
- Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
- la resaca de todo lo sufrido
- se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
- Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
- en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
- Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
- o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
- Son las caídas hondas de los Cristos del alma
- de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
- Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
- de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
- Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
- cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
- vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
- se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
- Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
- LOS HERALDOS NEGROS
- CÉSAR VALLEJO