Si es que me quieres matar, no esperes a que me duerma, pues no podré despertar. Muerto, ay, muerto y también dormido, no es ni morir ni soñar, no es ni recuerdo ni olvido. Muerto, ay, muerto y también dormido. Mátame al amanecer, o de noche, si tú quieres; pero que te pueda ver la mano; pero que te pueda ver las uñas; pero que te pueda ver los ojos, pero que te pueda ver.
Lienzo de cabecera: Françoise de Felice
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sábado, noviembre 22
Pero Que Te Pueda Ver de Nicolas Guillen, (la obra de la semana)
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