CARMENSABES POESIA Y ARTE: María Antonia Dans Boado

martes, febrero 3

María Antonia Dans, poesía escrita con pincel

María Antonia Dans Boado nace en Oza de los Ríos (provincia de La Coruña, España) en 1922.

De niña se trasladó con sus padres a las montañas de Curtis, paisajes que marcaron notablemente a la pintora.
Con 16 años la familia se trasladó a A Coruña, donde inició, en las primeras décadas de la posguerra, su formación pictórica en el estudio de Dolores Díaz Baliño. Ella la encauzó hacia la pintura, corrigiéndole el trazo y enseñándole a colorear.

Maria Antonia

Sus padres querían casarla o que estuviera al frente de una mercería, pero Dans lo que quería era pintar.

La venta de su primer cuadro de acuarelas dentro del estudio de su maestra, la llevó a realizar junto a su compañera Nena del Llano su primera exposición, que resultó todo un éxito, logrando vender todos los cuadros. Este hecho hizo que María Antonia Dans empezase a pensar en vivir de la pintura y no enfocarla hacia la publicidad como había pensado en un primer momento.

Por la primavera

Arboles

En el año 1950 realizó un viaje a Madrid con sus primeras ganancias profesionales.

La ciudad le impactó muchísimo, como demuestran sus declaraciones: "me propuse desde ese momento venirme a Madrid definitivamente o morir en el empeño".

A la vuelta montó su primer estudio junto con su amiga Carmela Díaz.

Aquí se empezó a sentir una profesional y de manera autodidacta comenzó a experimentar con el óleo.

Rapaza vestida de novia

Casa con pajar

Se casó con Celso Collado, acreditado periodista, en 1952 y juntos se trasladaron a vivir a Madrid.

De este modo cumplió su deseo de conocer la Escuela de Madrid y a Benjamín Palencia quien, junto con Daniel Vázquez Díaz, serán sus influencias más notables.

La artista buscó y encontró el contacto con numerosos artistas de su época, no solo del mundo del arte sino también del de las letras, como Carmen Laforet y Camilo José Cela entre otros, con los que se encontraba en el Café Gijón, local al que acudía asiduamente.

Asistió a la Academia de Bellas Artes como alumna libre durante una temporada y recibió numerosas becas: Educación Nacional para ayuda de estudios (1955), Juan March (1959), Fundación Rodríguez Acosta (1962) y Relaciones Culturales (1964).

Señorita en el campo

En 1956 nació su hija Rosalía, en la misma época en que se intensificó su profesionalización, con multitud de encargos que realizaba en su propio estudio de la calle Toledo.
En 1959, ya separada amigablemente de Celso Collazo, le concedieron la Beca March que le permitía viajar a Pisa, Florencia y Roma.
En esta estancia le impresionó notablemente el Quatroccento Italiano.

Bodegón

Antes de su regreso, viajó a París, donde el conocimiento de los impresionistas fue definitivo en su concepción distorsionada de la perspectiva y en la importancia que el color va a tener en su obra.

La carreta

Paisajes, campesinas, vendedoras, pequeñas escenas portuarias, temas sencillos que va a relatar con un lenguaje formal elemental, en cuyo cromatismo abundan los tonos puros (rojos, amarillos, azules) en los que deposita toda su fuerza argumental como referencias sugerentes que dan un aspecto plano a sus composiciones, en las que casi no existe la perspectiva.
Otra faceta importante en Dans es su labor como ilustradora de libros infantiles y su trabajo como dibujante para el diario "Pueblo".

Prados de Curtis o Paisaje de Arzúa

En la década de los 70 llegó su consagración en el circuito nacional, con exposiciones nacionales e internacionales. En los 80 siguió pintando y viajando para completar su aprendizaje personal y profesional. Visitó Siam, Francia, Nueva York, Brasil e Inglaterra.

Barco

Su obra está extendida por numerosos paradores de turismo, y edificios oficiales y públicos.
Está representada en los Museos de Arte Contemporáneo de Madrid, en todos los de Galicia y en buen número de los provinciales de España.
La pintura de Mª Antonia Dans, a veces calificada de "naif" es, en realidad, un neo expresionismo de raíz deliberadamente ingenuista, emparentable con modos del bordado pupular, de raíz barroquista.

Retrato de Fina Carabel

Sus paisajes son elementales, con algo de mosaico.

Labranza

La frutera

Las faenas del campo, el mundo del mar, están dichos con una referencia dulce y como infantil, en cromatismo muy caliente y contrastado, en el que abundan los carmines, los verdes rutilantes, los azules puros, los amarillos.

Prado de Curtis

Campestre

La materia es gruesa y en el dibujo hay como un recreo en el trazo, aparentando una insistencia de imaginaria torpeza que en definitiva no hace sino añadir gracia, delicia, a esta peculiar e inconfundible expresión plástica.

Mujer durmiendo

Retrato de Rosalía

Nada más lejos de la pintura de Mª Antonia Dans que cualquier alarde de grandilocuencia.
Por el contrario, el intimismo, la máxima sencillez, lo bucólico, inclusive, presiden un quehacer deliberadamente limitado en la temática y no obstante tan rico, tan cuajado de variaciones.

Campesina

Casas y árboles

Cuando contemplamos esta pintura parece que ahondamos en el desván de nuestra memoria, para buscar los más felices momentos de la infancia.
Una quisiera habitar los mundos de esta pintura e instalarse para siempre en ellos, porque rebosan dulce amabilidad.