- Queridos amigos, siguiendo con el tema que en este blog tiene un especial protagonismo: mujeres en el arte, hoy os mostraré a una escritora que cultivó la poesía, casi diría que como un milagro, dada la dura vida que le fue impuesta.
- Nació en China hace unos dos mil años, cuando las mujeres no tenían ninguna oportunidad de expresarse ni de demostrar su talento, éste, era dado solamente a los hombres, los cuales en su educación y en su cultura, concebían la poesía como algo esencial y obligatorio.
- Y en ese tiempo, en la antigua china, una mujer llamada Yü Hsüan-Chi, se atrevió a escribir, expresó a través de su poesía sutil su sexualidad y sus sentimientos.
- Fue concubina abandonada a su suerte y sacerdotisa del Tao.
- Viajó por todo el país chino para posteriormente acusada de asesinato, morir ejecutada.
- Os dejo una muestra de su poesía, lírica delicada e intensa que nos hace volar con ella y sentir algo de su esencia y su talento.
- Por otra parte, para ilustrar los poemas de Yü Hsüan-Chi, una pintora, china también, llamada Xi Pan, joven y brillante que nos recuerda con sus trabajos a Matisse, klimt y a Schiele, nos deleita con un erotismo fresco, delicioso y lleno de guiños a Oriente y a Occidente.
- Qué disfrutéis.
- Sus hermosos poemas reposan
- en la sombra del verano.
- En una visita al templo taoista de Ch'hung Chen, veo
- en la sala sur la lista de los candidatos triunfadores
- en las examinaciones imperiales
- Picos coronados de nubes llenan los ojos
- en la luz de primavera.
- Sus nombres están escritos en hermosos caracteres
- y colocados por orden de mérito.
- Levanto mi cabeza y leo sus nombres
- con envidia impotente.
- Cómo odio este vestido de seda
- que oculta a un poeta.
- Despierto
- y el pequeño bote, a cuya proa
- la Serpiente del Poder
- navega,
- ciega e inmóvil, me conduce
- al mar de arena. Un sol nos derrite
- mientras vuela
- el pájaro de las rocas
- y soberbia
- cruza su sombra
- sobre la fresca fuente de nuestras manos.
- Se desliza la seda.
- Por un largo camino
- más allá del crepúsculo
- van nuestros rostros enlazados.
- Húmeda y fresca la noche.
- Un suave viento del este
- trae y disipa bancos de niebla.
- Sueño que veo tu rostro
- frente a las lámparas.
- Me sonríe tras el leve maquillaje,
- mientras tu mano reposa en mi mano.
- Amiga mía,
- millones de años a través de los cuales el Universo
- asciende y declina,
- y tú allí,
- en tu vestido transparente de seda
- viendo caer
- las flores de ciruelo sobre la hierba.
- Beben el vino
- y se recitan una a otra sus poemas.
- Si supieran aquellos versos de Safo,
- los dirían,
- mientras se pintan una a otra las cejas
- y extensas nieblas cubren el río:
- -Qué pequeños,
- qué hermosos los pies.
- Como arlequín danzó en palacio.
- Maderas y terciopelo
- cuerdas campanas de plata.
- Vino oscuro de las fuentes y carne
- sabrosa de las bestias
- en suntuosas cacerías atrapadas.
- Muslos y oro
- senos y garganta de animal en la pelea.
- Agua de miel bebida
- en un lago donde queman
- y enceguecen los ojos y los labios.
- Nadie entra aquí con las palabras.
- El cuerpo
- heraldo
- que cruza las edades
- y corre veloz entre ciénagas
- y bestias de presa.
- Cabellera entretejida de plumas
- latir de pies y corazón
- que unen este reino a otro reino a otro reino.
- En medio de la noche me despierta tu sueño,
- el sueño donde estabas.
- El cuerpo a medias entregado,
- lengua, boca, dedos
- tienden los puentes
- a la roca giratoria del deseo.
- Tu abrazo en otro abrazo,
- rosa de los senos donde mamo.
- En medio de la noche
- me despierto y repito sacro, sacro
- el pan ha sido devorado
- la miel el vino y las cerezas.
Vida amorosa de los animales
- A veces
- todo es feroz:
- el salto impecable
- de los jaguares
- clavando el diente. Latido y sangre.
- A veces son jirafas.
- Los enormes cuellos enlazándose
- en una danza suave y lenta
- mientras yace el sol
- detrás de las aguadas.
- O hipopótamos
- de insobornable torpeza
- con adorable fervor
- apareándose en el barro.
- Los pájaros monógamos, quizás,
- volando parejos
- en un horizonte de humo y polvo.
- O manadas de elefantes galopando.
- Las crías al centro
- y al frente las hembras, magníficas,
- abriéndose paso.
- A veces
- el diminuto paramecio
- que elige a otro paramecio
- e intercambian los cuerpos,
- los pedazos.
- A veces hablándose,
- con las palabras de pulpa
- ardiente y suave
- que dicen pezón pequeña
- tocame o te amo.
- Zarpa, huida veloz de los ciervos
- a tu lado.
- Poemas de : Yü Hsüan-Chi
- Pinturas de : Xi Pan