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martes, enero 27

María Blanchard, arte y desesperación

Madre e hijo
El 6 de marzo de 1881 nace María Gutiérrez Blanchard, en Santander, primogénita del matrimonio compuesto por Concepción Blanchad Santisteban y Enrique Gutiérrez Cueto. Debido a una caída que su madre sufrió, durante el tiempo de gestación, nació con una deformidad física (tenía enanismo, joroba, cojera) que le causó indecible sufrimiento hasta su muerte, ya que la crueldad de sus semejantes, la llamaban "la bruja", la convirtió en un ser solitario.
Oleo sobre lienzo
Desde niña mostró gran habilidad y destreza con el dibujo, afición que alentaron sus padres, quienes le permitieron trasladarse a Madrid para iniciar su formación en artes plásticas, en 1902. Dos años más tarde muere su padre, por lo que su madre y sus cuatro hermanos, se instalan con ella en Madrid.
El almuerzo
Es un momento difícil para la familia, pero gracias a la ayuda económica prestada por su tío Domingo Gutiérrez, María puede seguir estudiando. En 1906 es alumna de Fernando Álvarez de Sotomayor, y presenta en la Exposición Nacional de Bellas Artes su obra Gitana. Y en 1908, su cuadro Los primeros pasos obtiene la tercera medalla del certamen.
La gitana
Al año siguiente, cuando la pintora contaba con veintiocho años de edad, la Diputación y el Ayuntamiento de Santander le conceden una beca para poder ir a París. Ya en París, recibe clases de Van Dongen y Hermenegildo Anglada Camarasa, quien le enseñó el empleo del color y la ayudó a superar los academicismos.
La toilette
En 1910, recibe otra medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, esta vez el segundo premio, por su obra Ninfas encadenando a Sileno.
Oleo sobre lienzo
En la ciudad del Sena conoce a Diego Rivera, Juan Gris y a Jacques Lipchitz, entre otros, lo que sin duda fue determinante en su evolución posterior. Regresó a España en 1914, donde le sorprende el estallido de la I Guerra Mundial, esto le hace imposible volver a París por lo que se queda en Madrid. Un año después, Ramón Gómez de la Serna organiza una exposición, Pintores Íntegros a la que acude Blanchard, el fracaso fue rotundo.
Convaleciente
Gracias a esto y a la precaria situación económica por la que atraviesa su familia, decide opositar para la cátedra de dibujo de la Escuela Normal de Salamanca, y lo consigue. Sin embargo su presencia en esa ciudad es corta, ya que sus alumnos no paran de hacer comentarios crueles sobre su aspecto físico. Vuelve de nuevo a París donde se reencuentra con sus amigos, especialmente con Juan Gris, en cuya casa se aloja.
La niña del brazalete
En 1918 conoce a Leonce Rosenberg y entra a formar parte de su cartera de pintores de la galería L'Effort Moderne. Comienza su andadura por el cubismo, exponiendo su obra en muestras internacionales como la celebrada en Bruselas en 1920, en la que compartió protagonismo con pintores como Picasso, Léger o Braque; su pintura se incluye en las exposiciones del "Salon des Independants". En 1921, su cuadro La comulgante, pintado en 1914, logró el aplauso de la crítica y el público parisino. Sus obras empezaron a venderse, pero de nuevo la mala suerte la persigue, pierde el apoyo de Rosenberg y vuelve a conocer las penurias económicas, hasta que el mecenas belga Frank Flausch la ayuda mediante un contrato mensual.
Oleo
Sin embargo, la alegría y la prosperidad duraron apenas unos años, ya que en 1926 muere su mecenas y amigo Flausch, y el año siguiente es el turno de Juan Gris. Todo ello acentuado por su deterioro físico, provocado por la tuberculosis, así como una carga añadida, la de su hermana Carmen y sus hijos, que buscan refugio en casa de María.
La echadora de cartas
A pesar de todo, sigue sacando fuerzas para pintar, y vuelva a tener a un marchante, Max Berger, director de la galería Valvin de París, y a un mecenas. Sus problemas económicos se resuelven, pero no así los de salud, por ello busca consuelo en la religión y se plantea entrar en un convento, pero es disuadida por su confesor.
La bretona
En los últimos años de su vida vuelve a tener problemas económicos, ya que debe mantener a su hermana y a sus sobrinos, esto le hace sufrir recaídas de salud, hasta que finalmente, en abril de 1932, fallece en su estudio de la calle Boulard. Sus primeras obras, realizadas hasta 1914, poseen un marcado carácter costumbrista. Se advierten en ellas, influencias de Anglada, Mir e incluso, con anterioridad, de López Mezquita y la pintura granadina. Más tarde, las pinceladas cubistas irrumpen en sus lienzos, pero interpretándolo de modo muy personal, según revela Mujer con abanico (1916), siempre dentro de un moderado modelo compositivo, el objeto recreado sigue fiel en la representación y no sufre desarticulación ni descomposición alguna. Las obras de 1920 en adelante, vuelven a una figuración casi absoluta.
Mujer con abanico
Oleo sobre lienzo
Bodegón
Composición
Dolor de muelas
Maternidad
Joven en la escalera
Leyendo
Retrato mujer joven
Joven con taza
Con pasteles
Mujer tumbada
La refugiada
El borracho
Niño con helado

15 comentarios:

Gabiprog dijo...

... la ayudó a superar los academicismos....

Algo sin duda vital. Un paso a dar por todo artista.

Lastima de sus penurias...

beker dijo...

Como siempre, me ilustras y despiertas mi curiosidad. Me gustan las biografías y tu forma de contar las cosas, seleccionando con sabiduría las cosas trascendentes. Casualidades, nací el mismo dia que María. Un saludo

adolfo payés dijo...

Exquisito leerte y saborear las artes a partir de tu blog es estupendo...


saludos fraternos con mucho cariño

María de los Ángeles dijo...

Qué historia! Qué imágenes! Como siempre, el arte es el mejor camino para huir de la realidad que agobia...
Beso Carmen...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Una mujer y artista admirable. Ya conocía su obra y la aprecio. Gracias por traerla aquí.

Anónimo dijo...

A mi me ha recordado a Bacon, ¿no te parece?

Miguel Ángel García González dijo...

Tiene buena pinta la pintora, quizás debido a su condición física..

Anónimo dijo...

Andá, no sabía lo del defecto físico de la Blanchard . Cuando me tocó estudiarla yo pintaba a pastel, y sus cuadros eran "ideales" para experimentar con las pinturetas los "reflejos y brillos" de la piel . Siempre me extrañó que sus niños tuvieran ese aspecto como febril que les hacía aparentar tan sudorosos. Pero la verdad que nunca me dio por investigar en su historia persoanl, así que acabo de enterarme ahora del dato. Gracias.

Un favor te voy a pedir , ¿puedo usar algunas de tus imágenes para una recopilación futura? (bastante futura) Es que veo que tiene varios cuadros que irían bien por mi coté.

Un beso gordo, guapa. Es siempre un enorme placer venir a tu casita, es tan educativo y gratificante para los ojos y la mente...

Anónimo dijo...

Me llama la atención esa particular visión del color y brillo... y es curioso que yo vea los brillos como satinados, como perfección, algo que ella echaba de menos en si misma... y también, otra vez, que fue apoyada a pesar de sus altibajos, ya la apoyaron desde niña... contrastes... y qué dura la incapacidad de las personas de mirar más allá de la piel que nos constituye... ir a estudiar arte y ser cruel, paradojico... o no... complejidades condicionadas...
Yo no tuve núnca apoyo... todo surge a través de mi propio esfuerzo... una constante en mi vida, muchos obstaculos... aprendizaje sumo :)
¿De que se vanagloriaran algunos hombres?
Un cariñoso abrazo y muchas gracias -.-

Marina dijo...

Me parece observar que María Blanchard hace lo que quiere con el color, la pintura y las formas. Es impresionante; su fuerza te llega desde la primera imagen y su empuje ya no te abandona.
Sobre sus problemas físicos y sus consecuencias sociales y morales... mejor no opino porque corro el riesgo de que esto parezca una entrada en lugar de un simple y llano comentario.

Un beso con los colores del "arcoiris"

mojadopapel dijo...

Versatil y con personalidad, me gusta.

Bruno dijo...

Linda historia en obras..es lindo conocer arte, un viaje aparte, de descanso y con esa música...que resume todos los pixeles del alma en obras..asi me llega este blog desde que arranque..mundo flotante, besos carmen!

Luisa Tejada dijo...

Lo lindo de las casualidades... así llegué a tu blog, que está muy bueno y lindo!

Un fuerte abrazo,

Maya

Cani dijo...

Ha sido una delicia recorrer toda la trayectoria de Blanchard, de tu mano, conocia algun cuadro pero nada de su biografia; gracias por estas clases de arte que nos ofreces en tu blog.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Jo carmen , que bueno. Sinceramente, aunque las obras de otros autores me hayan impactado mas a primera vista, leyendo la historia de la artista, toman una vida especial . Hay quien dice que nunca deberia separarse la obra del artista.
Me ha encantao.
Besos

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